viernes, 2 de septiembre de 2016

Conveniente explosión del satélite espía sionista antes de ser vendido a China



La gran oreja 

-Spacecom- (Amos-Spacecom), el operador de la red de satélites de comunicaciones Amos, tenían un acuerdo con Xinwei Technology Group de China por 285 Millones de dólares, quienes habrían creado en el paraíso fiscal de Luxemburgo, la entidad Luxembourg Space Telecomunications, para legalizar y gestionar la adquisición por parte de la potencia oriental. 

La transacción estaba condicionada a la entrada en servicio del satélite Amos-6, que fue construído por Israel Aerospace Industries, teniendo programado su lanzamiento para el próximo 3 de Septiembre a bordo del fallido cohete Falcon 9 perteneciente a SapaceX del sudafricano Elon Musk.

Spacecom es controlada por por el grupo privado de telecomunicaciones israelí Eurocom, que llevan varios años intentando vender la empresa y habiendo fracasado anteriormente en una transacción con Hispasat, debido a las regulaciones israelíes.

De efectuarse la venta, Spacecom quedaría bajo el control directo de una empresa radicada en Israel llamada Big Bird, administrada por el general de división Ami Shafran,  ex jefe de comunicaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel. Big Bird es controlada en el 100% por otra empresa radicada en Luxemburgo a su vez controlada por Beijing Xinwei.

Si el acuerdo se concretara, Spacecom se convertiría en una empresa privada con cotización en la Bolsa de Tel Aviv.



Reunión de emergencia tras la explosión del Satélite “Amos 6”

02.09.2016 
 AJN.- Los líderes de la Industria Aeroespacial de Israel y el ministro de Ciencia, Ofir Akunis, llevarán a cabo una reunión de emergencia el domingo para evaluar los inmensos daños ocasionados por la explosión del satélite israelí “Amos 6”. También definirán los pasos a seguir para que la industria pueda recuperarse de tan duro golpe.
La noticia de la explosión del cohete Flacon 9, que mañana iba a poner en órbita al satélite israelí de comunicaciones “Amos 6” en Cabo Cañaveral, sacudió a la industria aeroespacial y a todos sectores israelíes relacionados con las telecomunicaciones.
El ministro israelí de Ciencia, Ofir Akunis convocó para el domingo una reunión de emergencia con los representantes de la industria aeroespacial y de telecomunicaciones, para evaluar la situación generada por la destrucción completa del satélite y los pasos a seguir.
Al mismo tiempo, la Agencia Espacial de Israel, perteneciente al Ministerio de Ciencia anunció que seguirá apoyando a la industria aeroespacial local, con el fin de mantenerla a la vanguardia de la tecnología y sostener la independencia – fundamental para Israel - en el campo de las comunicaciones en general y las satelitales en particular.
El satélite resultó completamente destruido durante una prueba previa al lanzamiento – que estaba previsto para mañana – con un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX, en sus instalaciones en La Florida. Se trata de una prueba de rutina, que se realiza antes de cada lanzamiento y la empresa informó que se produjo una “anomalía”, aunque por el momento no especificó de qué se trata.
El presidente de la Agencia Espacial de Israel, profesor Itzjak Ben-Israel declaró a los medios locales que “el problema es mucho más grande que el dinero, porque hay un seguro. Tenemos satélites de comunicación en el espacio, y cada vez que uno de ellos está por terminar sus días de vida, ponemos en órbita otro, que ocupa su lugar. Ahora, con esta explosión, tendremos que esperar entre dos años y medio y tres hasta que podamos construir otro satélite. Lo que sucedió pone en peligro a la industria de las comunicaciones por satélite en general ".

Jerusalén, 2 oct (EFE).- La destrucción este jueves del satélite israelí Amos 6 -de la empresa Spacecom- en una explosión en el centro espacial de Caño Cañaveral (Florida, EE.UU), lastrará el desarrollo de la industria aeroespacial israelí, aseguran fuentes oficiales y expertos.
"En el mejor de los casos, si Spacecom se recupera del golpe y puede financiar un nuevo satélite, tendremos que esperar unos dos y años y medio", declaró el presidente de la Agencia Espacial de Israel, Isaac Ben Yisrael, al diario israelí Maariv.
"En el peor de los casos, esto podría ser un golpe a Spacecom, que iba a venderse a una empresa china", añadió, venta que "está ahora en cuestión, así como el futuro completo de las comunicaciones por satélite de Israel".
El Amos 6 es el satélite más grande y sofisticado hecho en el país, fabricado por la Industria Aeroespacial de Israel (IAI) para la empresa privada Spacecom con un coste de más de 200 millones de dólares y que estaba destinado a reforzar las comunicaciones del gobierno israelí y proporcionar servicios desde la costa de EEUU hasta Europa, África y Oriente Medio.
Su pérdida tiene repercusiones inmediatas para Spacecom, que había firmado su venta al conglomerado chino Xinwei por cerca de 240 millones de euros, en un pacto condicionado a la aprobación del gobierno israelí y al lanzamiento exitoso del Amos 6.
Varias agencias gubernamentales habían contratado servicios a Spacecom por hasta 164 millones de dólares que serían suministrados por el Amos 6 cuando este reemplazase al Amos 2, puesto en órbita en 2003 y cuya vida útil acabará el 2017.
"Es un problema. Estamos examinando sus repercusiones y buscaremos soluciones. No podemos quedarnos sin capacidad de comunicación por satélite", señaló un alto cargo israelí no identificado al diario Yediot Aharonot.
El fracaso del lanzamiento pospondrá el lanzamiento de otros satélites y vuelos de suministro a estaciones espaciales, lo que afectará al programa de viajes al espacio.
También afectará a la red social Facebook, cuyo fundador, Mark Zuckerberg, ha lamentado que el accidente lastrará la actividad de su compañía en África.
Un Falcon 9 debía haber lanzado mañana al espacio al Amos 6, desde las instalaciones de la empresa Space X en el Centro Espacial Kennedy, junto a la estación de lanzamiento de Cabo Cañaveral.
Sin embargo, durante un simulacro de despegue en las instalaciones, una "anomalía" en la plataforma de despegue provocó la "pérdida del cohete y su carga", explicó la empresa. EFE